Cuando ingresamos como socios a la AMDD, nos planteamos como primer desafío el certificarnos. Sabíamos que esto nos daría una visión externa que nos ayudaría a mejorar algunos aspectos que estábamos pasando por alto. El proceso fue largo, pero en general no implicó mayor esfuerzo, dado que nuestras operaciones ya cumplían con los requisitos mínimos de certificación. Como empresa estamos agradecidos de la AMDD por el profesionalismo demostrado durante todo el proceso.
La principal clave de éxito fue la preocupación constante de trabajar con buenas prácticas e inculcar eso a nuestro equipo y nuestros clientes. Por otro lado, el proceso fue ordenado en términos de ir revisando área por área las operaciones de la empresa. En las entrevistas con el responsable de cada área se detalló en profundidad los distintos procesos que dan vida a las operaciones de RT.
Sin duda, estar certificado por la AMDD nos da un prestigio que no cualquiera puede tener y del que nos sentimos orgullosos. Internamente, encontramos muchos beneficios relacionados con la seguridad de la información que manejamos y ciertos procesos internos que pudimos mejorar.